El director de Horn nos habla sobre el juego y de paso lo vemos en movimiento Se han puesto el "Chip"

Hoy va la cosa de entrevistas. Si hace unos minutos hablábamos de Gameloft y su estrategia de juegos, ahora pasamos a Zynga, otra gigante del entretenimiento y de su acercamiento a los smartphones. Entre su interesante arsenal para el asedio a Android tenemos a Horn, del que ya hablamos en su momento y dio muy buenas impresiones. Ahora, gracias a una entrevista en vídeo a su director vemos que la cosa sigue sin pintar mal del todo aunque con matices.

Chip Sineni, director de Phosphor Games, compañía detrás del desarrollo de Horn, no cuenta a GamerLive Tv mucho más allá de lo bien bonito que se ve todo cuando juntas Tegra 3 con Unreal Engine 3 y de que su juego va a ser la repanocha en monopatín. Si apartamos la mirada ligeramente de ese hombrecillo que parece sacado de una serie surfera de los 80 veremos momentos en los que Horn se luce en movimiento, pero su forma de jugar no me ha terminado de convencer.

La excelencia gráfica como resultado de juntar hardware con software de primer nivel se hace patente en lo consolero que se ve todo; las texturas se ven definidas y los escenarios son de una belleza exagerada. Phosphor Games son todos unos maestros en lo que a gráficos respecta pero no son muy amigos de la jugabilidad directa y frenética. Eso de moverse apuntando al escenario a lo aventura gráfica nunca ha sido de mi gusto, o al menos cuando se supone que hablamos de juegos de acción. El combate tampoco inspira al optimismo; se ve claramente influenciado por la saga Infinity Blade, ese juego también gráficamente exagerado para Iphone pero estático hasta lo desagradable, con bloqueos, fintas y ataques mediante trazos.

Sinceramente tal vez se deba todo a una paja mental mía. Zynga no es precisamente el paradigma de lo hardcore, de hecho tal vez sea su anticristo y además esos gráficos invitaban a imaginar una aventura a lo Shadow of Colossus o Legend of Zelda, pero que la realidad sea bien distinta no debe desanimarnos y confiar en que Horn sea finalmente un juegazo.