Encarnando a los pinreles de un Godzilla anónimo, tres movimientos básicos -caminar, pisotear y patear- bastan para hacer de Thumbzilla el enésimo juego de "llega todo lo lejos que puedas" que tanto enganchan en los momentos tontos del día.
Evita que un cada vez más fortalecido y nutrido ejército frene tus ansias destructivas mientras procuras que no quede un sólo edificio, vehículo o incauto humano en pie. Los gráficos polígonales resuelven muy bien la papeleta y una física capaz de aniquilar personas gracias a un autobús que les hemos enviado mediante grácil puntapié logra que esbocemos esa sonrisa que sólo la más descerebrada destrucción puede proporcionar, en este caso bajo el nombre de ThumbZilla.
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