
El argumento de Dead Trigger, que lo tiene, es como la letra pequeña de un contrato de telefonía; está ahí por si quieres leerla, pero lo que viene inevitablemente después es furia y balas. Nuestra fiel compañera es un arma y su melodía de fuego con oleadas de zombies como objetivo en una serie de misiones repartidas por una ciudad sumida en el caos. Los muy jodidos salen de cualquier rincón y es fácil verse rodeado, pero también es sencillo reventarles el coco o amputar extremidades con una amplia variedad de armamento.
Para que a nadie le pille por sorpresa, os aviso de que aunque Dead Trigger tiene un coste relativamente bajo -0,99€ en el momento de escribir esto-, no está exento de artículos que pueden ser adquiridos con dinero real y que facilitarán enormemente nuestra odisea no muerta, pero que en ningún momento son imprescindible para acabar el juego. Por lo que a mi respecta ya tengo mi copia, y os recomiendo que pudiendo rasgar tejido zombie es de necios rasgarse las vestiduras.
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