Badland, cuando la física y la belleza artística se dan un abrazo chungo <sub>O algo así</sub>

De cuando en cuando aparece un juego que, a pesar de tener unas mecánicas relativamente sencillas, opta por regalar al usuario un apartado visual o sonoro que le hace ganar muchos enteros. Badland encaja completamente en esa filosofía y apoyándose en unas buenas físicas completa un juego redondo.

Finlandia no es sólo frío y Rovio; a partir de ahora la desarrolladora Frogmind se ha hecho un hueco entre las élites del entretenimiento nórdico gracias a Badland. Encajar a Badland en un género es algo complicado. Tu cometido es ayudar a escapar a unas criaturas de un bosque al que no le gustaría meterse ni a un batallón de elfos. Las oscuras criaturitas hacen medianamente bien dos cosas: volar y multiplicarse. Ambas les van a hacer bastante falta ya que, a medida que se avanzan en los 80 niveles, morir en masa es parte de la rutina. Para colmo la física tiende a comportarse de una forma bastante realista, en la mayoría de las ocasiones para jugar en tu contra.

Si jugar solo te aburre también tienes la opción de completar 21 niveles con un máximo de cuatro jugadores en el mismo dispositivo, cosa que espero que lo hagas en una tablet o va a haber más dedos intrusos que en una película de mimitos.

A pesar de que la descarga de Badland es gratuita, sólo accederemos a los 40 primeros niveles del modo para un jugador. Si queremos eliminar los anuncios, obtener el chanante multijugador o el resto de niveles tenemos una serie de ofertas que oscilan entre los 0,99 para que la publicidad pase a mejor vida y los 2,99 de la versión full equipe de uno de los juegos más bello -y adictivo- de 2013.