Hay que reconocer que cambiar los circuitos de Reckless Racing por las persecuciones ha sido todo un acierto por parte de Polarbit y los suecos de Pixelbite. Los cambios que ha sufrido Reckless Getaway desde aquella pre-alpha, de la que os hablamos hace un mes, han servido para presentarnos un juego aún más majara si cabe.
Choques, quiebros, policía en los talones y un coche que lleva más billetes encima que la furgoneta de El Dioni se muestran de forma fluida y muy vistosa. Incluso en un momento dado se puede observar cómo pasamos de manejar el muscle car para ponernos a los mandos de un furgón blindado.
A mi tanto componente macarra ha terminado de convencerme. Ahora sólo falta una fecha para poder comenzar una persecución tan feroz como la higiene de un perroflauta.
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