Aunque Implosion está haciendo mucho ruido mediático -y se lo merece-, aquí ya hablamos de él en el año 2013. Lo mismo que dije entonces vale para ahora. La producción de Rayark tiene mucho de hack and slash, que viene a ser repartir mandobles realizando los combos más espectaculares posibles, con unos valores de producción exquisitos. Su apartado gráfico está enormemente pulido y corre suave siempre y cuando tengas un dispositivo medianamente decente. El sonido corre a cargo de un jambo que ha ganado premios y se ha involucrado en proyectos tochos y si no entiendes ni papa de las conversaciones en inglés no te preocupes, hay subtítulos en español.
La única pega, que se debe más que nada a lo jodidamente mal que estamos acostumbrados, es que, aunque la gigantesca descarga de más de un Giga nos permita comenzar a jugarlo sin coste alguno, al cabo de unas cuantas misiones se nos ofrecerá comprarlo por 11,40 euros. A muchos tal vez les parecerá demasiado, pero a los que nos sentimos jugones de corazón sabemos que la calidad hay que pagarla. Y en Implosion de eso hay mucho.
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