En uno de los usos más descarados del nombre de una franquicia para darle algo de empaque a un juego que de lo contrario estaría condenado al ostracismo más absoluto, Driver Speedboat Paradise tiene de Driver más bien poco. En su lugar encontramos un título donde se puede, o se debe si no quiere uno desesperarse, pagar por todo si queremos que nuestra lancha llegue primera a la meta en los 6 modos de juego distintos.
Ubisoft podría haber tenido menos jeta, no prostituir el nombre de unos juegos que han intentado labrarse su propio camino y lanzar Driver Speedboat Paradise con otro nombre. Pero lo ha hecho y para colmo ha sacado un producto regulero, por lo que se merece una colleja doble.
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