Happy Street puede volarte la cabeza de lo cuqui que es Y cagarás pastelitos

Partir de la premisa que que todos el mundo es feliz es un buen comienzo. En Godzilab, que parecen llevar el buenrrollismo por bandera, han decidido que en iBlast Moki 2 no había suficientes jetas sonrientes y han querido que te dediques a ser proveedor de alegrías sin sustancias estupefacientes en Happy Street.

Con una estética que oscila entre los dibujos animados y un teatro de marionetas, tu cometido en Happy Street es que la felicidad rebose en tu pueblo como si celebraran el día sin IVA en el Barrio Rojo de Amsterdam. Para ello deberás satisfacer las necesidades de los aldeanos ya sea mediante minijuegos, construyendo nuevos establecimientos, recolectando recursos o creando nuevos objetos.

Aunque aquí en Android hay mucho y muy variado, a los videojuegos no terminan de quitarle de encima el sambenito de la violencia irracional. Happy Street demuestra que es posible echar un buen rato relajado, en un entorno agradable y completamente Jratis, lo que debería de terminar de convencer a todos esos papis y mamis meapilas y remilgados. Sin acritud.

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