Para los que no estén familiarizados con los términos, un tower defense es un juego en el que, mediante la disposición de distintas unidades, tienes que defenderte de una serie de oleadas que tratan de asediar un objetivo que debes proteger a toda costa.El juego más popular, y de los mejor ejecutados, que ejemplifica esto es Plants vs Zombies. En un tower offense tú eres ese enemigo invasor que está dispuesto a recibir todo tipo de collejas bélicas para llegar a su objetivo.
La acción se enfoca en Baghdad. Como si su población no tuviera bastante con lo que le ha caído encima, unos señores venidos del espacio exterior han estado mirando ciudades y han decido que la capital iraquí es la más confortable para plantar su misterioso campo de fuerza llamado la Anomalía. Tu misión será la de conducir un convoy militar hasta el corazón mismo de la invasión alienígena y llevarles la orden de desalojo.
Anomaly Warzone Earth se divide en dos partes bien diferenciadas. La primera se desarrolla en un mapa táctico donde se te informará del desarrollo de la misión, así como tus objetivos. Se ve que el departamento de inteligencia pilla dinero a espuertas, ya que también tendrás conocimiento pleno de todos los enemigos que se han situado para complicarte el día. Lo siguiente será trazar una ruta óptima que tus unidades reciban el mínimo daño posible y cumplir la misión con las mínimas bajas posibles. Es equivocado pensar que se trata de un aspecto banal; en las primeras tareas el camino se ve fácil, pero pronto la cosa se complica. Una mala decisión puede acabar con tus unidades masacradas bajo el intenso fuego enemigo en cuestión de segundos, y créeme que es una estimación de tiempo bastante literal. Por lo tanto, la estrategia se torna tan crucial como una sabia elección de unidades, que será el siguiente paso a gestionar antes de lanzarnos de cabeza al campo de batalla. La variedad de vehículos es más que suficiente para dudar en qué gastarnos los cuartos. Están las clásicas unidades de ataque, pero hay otras con un alto componente estratégico, como un generador de escudos o una pequeña fábrica de ayudas. Si comprarlas es importante, no lo es menos elegir un orden correcto. Al igual que en la vida real, normalmente el primero en asomar la cabeza es el primero en recibir, así que necesitarás encontrar una formación en la que las unidades obtengan el máximo apoyo entre sí.
Con la parte estratégica ya completada, es el momento de atacar. El enemigo sabe que vamos y está bien preparado, con una variedad suficientemente amplia de estructuras para darnos más de un quebradero de cabeza. Por suerte para nosotros, contaremos con una serie de ayudas que podremos utilizar para evitar acabar en la furgoneta de algún chatarrero. Reparación, señuelo, confusión y ataque aéreo son los cuatro alivios que recolectaremos por el mapa tras destruir alguna unidad enemiga o mediante un agradecido envío desde el aire, y que se representan por un área donde dichas ayudas tienen efecto. Uno de los momentos más confusos se produce durante los intercambios de galletas más intensos, donde nos veremos necesitados de usar las asistencias de forma constante y produciendo un pifostio de círculos, tanques, enemigos y barritas de vida que dificulta muchísimo seguir la acción, perdiendo por momento la situación de nuestras propias unidades sin saber que algunas fueron destrozadas momentos atrás. Por suerte ésta pérdida del control se produce en momentos muy escasos y puntuales, siendo en su inmensa mayoría un juego de estrategia muy concienzudo que recompensa una planificación eficiente.
Con semejante dechado de virtudes, Anomaly Warzone Earth ya sería todo un señor juego, pero 11 Bit Studios ha cuidado la parte audiovisual para hacer de su creación toda una delicia. La representación de todo lo que acontece se ha realizado con una soberbia atención al detalle, en parte en gracias a un motor gráfico en alta definición que mueve una generosa cantidad de polígonos y texturas con gran soltura en la pantalla de nuestro smartphone o. La banda sonora no se deja oír mucho cuando las armas hablan -nada que objetar con los efectos especiales aquí-, pero en los menús se pueden apreciar los acordes musicales de inspiración árabe.
Si algún pero se le puede poner a Anomaly Warzone Earth es la gran similitud de sus misiones. Es cierto que el cometido en cada una varía, pero falta la inclusión de algún elemento sorpresa que evite la sensación de repetición más allá del desactiva ésto o evita que destruyan lo otro y nos obligue a volver al mapa táctico para replantear una estrategia que creíamos infalible. De todas formas es sólo una pequeña esquirla en un producto impresionante, pulido y que sin duda se convierte en el referente de la estrategia de acción para Android.
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