Angry Birds Go! ya se ha lanzado a la carrera <sub>Pero antes comprueba que lleves la cartera</sub>

Como viene ocurriendo desde tiempos pretéritos en el mundo de los videojuegos, Angry Birds Go! cumple esa regla no escrita que dice que a cada juego que contenga personajes con carisma y obtenga un éxito comercial le corresponde un juego de carreras. Salvo error histórico, el pistoletazo de salida lo dio el bigotudo fontanero con Mario Kart y los pájaros, sin olvidar a los cerdos, de Rovio han sido los últimos en proseguir con la tradición.

En Angry Birds Go! las famosas aves, junto con sus archienemigos porcinos, celebran en la isla de Cerdiña su desvirgación tanto en el mundo del motor como en el de las tres dimensiones. Los famosos personajes se dan cera en unos circuitos que comienzan con un icónico lanzamiento en tirachinas para proceder a unas locas carreras donde los golpes y los poderes especiales, únicos para cada personaje, se suceden de forma vertiginosa.

Sin perder el denominador común de la velocidad también hay otro tipo de pruebas, como llegar a la meta antes de que una mecha haga estallar una bomba, reventar frutas o un duelo contra un único adversario.

Al acabar en buena posición nos obsequiarán con monedas para mejorar nuestro vehículo, provocando un aumento de la cilindrada que nos dará acceso a nuevos retos.

Sobre el papel todo parece estupendástico, pero a Rovio se le ha ido, y mucho, la mano en Angry Birds Go! con el dichoso free to play. Porque está muy bien regalar el juego y todos lo agradecemos, pero se hace difícil tocar una opción y que no salte el mensaje de compra con unos precios que van desde unos pocos euros para doblar las monedas a los más de 40 euros, poca broma, que pueden llegar a costar algunos vehículos premium. Por supuesto tampoco podía faltar la típica segunda moneda, en forma de cristales, que sirven para obtener otros beneficios, como poder utilizar más veces el poder especial en una carrera y que, al estilo de los mejores camellos de tu barrio, te dan unas pocas para que pruebes y luego ya si eso te rascas el bolsillo para conseguir más. Qué coño, incluso hay un modo Jenga que sólo se desbloquea soltando guita o canjeando un código que viene al comprar el juego de mesa.

Angry Birds Go! era uno de los juegos más esperados en esta recta final del año. Y sí, es bastante divertido, pero cosas como ese ejercicio de avaricia suprema que ha ejecutado Rovio -¿os he dicho que también han incluido un tiempo de espera para poder volver a utilizar a un personaje?- o que a ratos parezca más un escaparate de Hasbro -¿os he dicho que vuelven los Telepods de marras junto con toda una nueva remesa de juguetes de Angry Birds Go!?- que un juego han empañado mucho el resultado final. Cuidado con dejar tu Android a manos inexpertas o puede que esos karts te salgan más caros que uno real.